martes, 9 de agosto de 2011


Ojala el despecho no te haga mal, a mi me destruye.
Noche tras noche, soñándote… mi pesadilla favorita… el dolor más hermoso que he sentido
El superarlo es difícil pero así como se acepta a la muerte, 
así tendré que aceptar tu desdeñosa manera de escribir, 
a las navajas punzantes en mi rostro… en mi corazón…
Supongo que me lo he ganado.
No más música en mis oídos, 
no más brisas cálidas en mi rostro, 
no más nada para mí solo sueños agónicos en donde como siempre te veo distante y mi vida es eterna, 
contigo lejos,    sin que la muerte sea tan gentil de liberarme de este suplicio… 
mi alma fragmentada busca una salida, pero no. Para mí no hay salida, 
por que desde el momento que lo supe, he estado atado a ti y moriré sin poder amar a otra persona.